20 mayo 2010

¿Vieja, yo?

No estoy vieja.
No porque se me hayan caído encima
unos tantos años
aplastándome algunas osadías
y un par de ansiedades.


No por desandar mis errores
en los parajes de los recuerdos
o por ver a los jóvenes
mirarme tras el espejo reluciente
de sus pieles tersas.


No estoy vieja.
Si hasta compré un resorte
para cada pedazo de mi cuerpo
y un recipiente descartable
para todas las lágrimas.


Si hasta las canas nuevas
me crecen con tintura.


Y cada día que se apaga
me saluda con la cara de la Muerte
pero yéndose cada vez
más lejos.