24 febrero 2017

Lo lindo de ser ama de casa


Mi amor: Te dejé las cosas listas, como siempre. Las camisas en el placard, planchadas, con la bolsa de plástico para que no las toque ni una pelusita. La comida, en la heladera. Te hice pollo a la naranja con arroz, tu comida favorita. Las naranjas son las más agridulces que encontré en el mercadito, como a vos te gustan. Para acompañar, un refresco especial de menta, limón y palo amargo. Te va a encantar.
Yo salí a comprar un digestivo porque me duele un poco la panza. Se ve que las frutillas con crema de ayer me hicieron mal.  Te prometo que no tardo, no te enojes como la otra vez.
Aprovechá que vas a estar un rato solo, tranquilo, y quédate en el sillón, viendo el partido. Yo vuelvo enseguidita. Si te duele un poquito la panza y te dan unas puntadas, y sentís que el estómago se endurece, esperáme que ya voy con el digestivo.
Quedate en el sillón, quieto, lo más quieto posible, mientras cae la noche y yo regreso a casa.
 

20 febrero 2017

EL REMEDIO PARA RESPIRAR


Iba con mi papá por un caminito escarpado. Tenía 9 años. Subíamos un cerro pequeño de Cachi, un pueblo calchaquí de la provincia de Salta. Íbamos en busca de una vaca lechera.
Mis padres ya habían probado con el Decadrón, la Teosona, el Respimex, el vapor de eucaliptus, el té de penca, el vino Abuelo con huevo crudo por las mañanas,  pero yo no me curaba. Un día escucharon que para terminar con el asma lo mejor era  darle de beber, al  afectado, un vaso de  leche "al pie de la  vaca". Por eso fuimos con papá, durante esas vacaciones en Cachi, en busca de la vaca lechera que me iba a curar.
Había una casita en la cima, un corral grande con animales, una vaca negra y blanca, como las de los dibujitos. Un señor la ordeñó y me alcanzó un vaso de plástico con el líquido caliente. La leche era un torrente de sal espesa y grasosa. No recuerdo si tomé el vaso entero.
A los 14 años tuve mi último ataque de asma. Un día iba a curarme, y me curé.  Mis padres y sus artilugios para terminar con mi asma me enseñaron que es necesario hacer todo lo posible para tratar de estar bien, para curarse. Sé que tengo que salir siempre en busca de la vaca lechera,  por más que el cerro esté lejos y sea un poco difícil de subir. Sirve para curarse por dentro, para respirar al fin.

Pintura de DIDIER FRANCO (Colombia, 1974)  
 

17 febrero 2017

LAS VUELTAS DE LA VIDA SON VUELTAS DE LLAVE


Tenía la costumbre de cerrar la puerta con dos vueltas de llave, alejarse, sentir un tironeo inoportuno que lo obligaba a girar la cabeza, regresar, poner de nuevo la llave en la cerradura, corroborar, volver a salir.

A veces volvía después de haber caminado algunos metros. Otras, retrocedía cuadras enteras. Con frecuencia iba y volvía sin parar y entonces llamaba al trabajo o a los amigos para avisarles de un malestar imprevisto. Cómo explicarles que se había demorado cerrando una puerta ya cerrada. Lo alteraba adivinar la mirada ciega de la cerradura, siempre acechándolo.
 


 

11 febrero 2017

Pity


Un chico de unos 25, en plena calle de Parque Patricios, le grita a otro:

-¡Eh! ¿Viste la foto del Pity con la camiseta de Independiente?

-No, che.

Se reúnen sobre la vereda.

-¿Tenés celular? Buscala, buscala. Poné “Pity con policía”

Yo estoy a unos metros, bajo el alero de un negocio que vende productos para el pelo. Estoy escribiendo un mensaje mientras los escucho.

-Mejor poné “Pity con camiseta”

El otro sigue buscando, con paciencia.

-Mejor poné “Pity en calzoncillos”

El otro sigue buscando.

-O poné “Pity Álvarez, con calzoncillos y abrazado a policía”

El otro sigue.

Es una foto de Pity Álvarez, cantante del grupo de rock Viejas Locas e Intoxicados, en calzoncillos, con la camiseta del Club Independiente, una zapatilla de cada color y abrazando a un policía. Busco a los chicos para contarles que encontré la foto, pero veo que, sobre la vereda, ya no hay nadie.