La mujer de grandes ojos oscuros y cabellera negra se balanceó un poco por el movimiento del subte y, con la mirada entrecortada, dijo a la que parecía ser su amiga:
"El amor es la impostura más grande del mundo. Solamente existe para las rubias".
Me pareció que lloraba por dentro.
Y que el llanto era oscuro, como ella. Y torrentoso, como cuando se llora por un hombre.
La tarde me pareció un trapo mojado. Y sin color definido.
1 comentario:
Y quién no es un trapo alguna vez...
Qué maravilloso es visitarte de vez en cuando.
Siempre es un placer.
Cuando quieras, intercambiamos links. (siempre con tu permiso, claro)
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