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01 septiembre 2018

Los barcos que empuja el azar

Él se lo repitió. El viaje en barco había sido tan irreal como los sueños. Para convencerla, buscó el libro y abrió frente a ella la página en la que se mencionaba ese lento vaivén de la nave sobre las aguas dormidas. Aquellas líneas hablaban, también, de la cabeza de Medusa petrificada en la proa, de la brisa suave acunando el barco. Pura invención.

Ella no lo escuchaba. Veía, sobre la mesa, en las páginas del libro abierto, un barco sacudiéndose sobre las olas furiosas. Veía la proa rasguñando el agua, cortando el cielo.

Él se fue y ella se quedó sola, pensando en la luna remontándose de a poco sobre la cabeza de Medusa electrizada de mar. En la pared de atrás, la foto enmarcada de un barco resplandecía como un faro.

24 marzo 2017

La suerte fue echada

Cuando vio que todos los números de su billete de lotería coincidían con los de la publicación, dejó de pensar que el mundo y la suerte siempre le daban la espalda.

Buscó entre sus bolsos el adecuado para transportar la ganancia. El elegido fue un maletín de lona, mediano, que le permitiría hacer pensar a la gente que era un profesor de secundaria, llevando a clases los libros y apuntes para sus clases.

De la agencia de lotería salió con dos cheques, directo al banco. Pronto su antiguo y rotoso maletín de lona negro se transformó en el  recipiente contenedor de la fortuna que nunca se hubiese imaginado tener.

Estaba feliz. Lo único que alteró un poco su felicidad fue descubrir un agujerito diminuto en la lona del bolso. Temió  que algún transeúnte atento pudiera advertir la existencia de un billete tras el pocito de lona. Seguramente todo era producto de una paranoia lógica, nunca había andado por la calle con tanta plata. Esa misma paranoia que pronto lo llevó a sentirse acechado por sombras que lo rodeaban, que caminaban detrás, zigzagueando tras sus pasos. De golpe sintió que algo lo tironeaba.

Llegó por fin a la puerta de su casa. Estaba agitado; había corrido. Sintió que una especie de cordón elástico le rozaba la mano, y entonces vio aquello que lo había hecho pensar en una persecución para un robo. Era un hilo negro, un grueso hilo negro que le envolvía la mano, bajaba y se extendía en olas en el lugar en el que debería estar el bolso. Hilacha. Solamente hilacha  dispersa en la vereda, en la calle. Del dinero, no quedaban ni rastros.                       

26 diciembre 2016

Subte

La gente sale del subte como un puñado de bolillas descoloridas, que se desparramó al chocar contra el piso la caja que las encerraba. 
Se parecen al ganado bovino buscando su lugar en la fila de acceso al matadero.
La gran diferencia entre la gente y las vacas es que los animales no saben que los van a matar. La gente, sí. Por eso la mirada triste, siempre hacia abajo. Por eso el apuro.   

31 octubre 2016

Taxi


En Salta, los que tenemos auto rojo convivimos con el problema de que nos paren por la calle creyendo que somos un taxi.

El jueves pasado, a las once de la noche, mientras pasaba con mi auto por la calle General Güemes al  800, vi, como tantas veces, el brazo en alto de una mujer. Como tantas veces, no paré, pero alcancé a distinguir la figura de otra mujer que apareció por detrás de la primera, de un manotazo se le prendió de la parte trasera del buzo y la tironeó con fuerza. Asistí a las últimas imágenes de la pelea por el espejo retrovisor. Eran dos chicas jóvenes. Una de ellas tironeaba y pegaba con más rabia; la otra trataba de defenderse.

Paré. Estaba a unos metros y no alcanzaba a ver a las chicas por los autos estacionados delante de ellas. Comencé a retroceder lento. Pensaba llamar al 911 si lograba ver que la pelea seguía.

De repente vi que la chica que me había hecho señas (a esta altura ella era “la agredida” y, la otra, “la agresora”) había cruzado la calle corriendo y se había escondido detrás de una chapa vertical que protegía una obra en construcción. Ahora estaba frente mío, a unos pocos pasos atravesando la calle.

Entonces decidí que no siempre tengo que ser tan lenta para reaccionar ante las situaciones engorrosas. Tras un ramalazo de extraña lucidez, tuve una idea: hacerme pasar por taxi. Toqué bocina y, cuando la chica me miró, hice un gesto con la mano para que subiera. La chica llegó corriendo, pero cuando estaba a punto de subir, apareció la agresora. Imaginé una escena en la que la agresora se tiraba sobre los asientos delanteros de mi auto y nos agarraba a  piñas y a arañazos a mí y a la chica agredida. Pero nada de eso pasó. La agresora dijo algo, la agredida también dijo algo que no alcancé a escuchar y luego subió al asiento de adelante. La chica agresora dio media vuelta y se fue. Mi ahora copiloto estaba agitada y aterrorizada. Temblaba. Comenzamos a andar y recién a las cinco cuadras pudo decirme dónde vivía. Era para el otro lado.

-          Gracias por salvarme. No es la primera vez que me pega. Esa chica está loca. Hoy fue peor. Parece que no tomó la pastilla - me dijo. Y fue lo único que pronunció sobre el caso.

La dejé en la puerta de su edificio y me fui. Al llegar a casa, pensé en que a veces está bueno ser un poco taxi.  Durante el trayecto hasta mi casa, no pude pensar en nada. Me costaba aferrarme al volante; temblaba.

23 septiembre 2016

LOS OJOS DE LOS CARANCHOS

Siempre la mirada del viejo pegada a mis piernas. Todas las mañana igual, los ojos puntiagudos trabándome el paso mientras camino hacia el colegio. Me da miedo. Pero si no uso el uniforme de pollera tableada y corta,  la directora me reta.

La zona es desolada. Nada más que un trecho del camino, cruzar la ruta rápido, bordear el descampado, pero los ojos de rapiña del viejo. Podría asesinarme y tirarme entre los yuyos y nadie se enteraría.

Sobre los pastizales, al costado de la ruta, rondan los caranchos buscando los animales muertos.

Hoy no tengo Educación Artística pero traje la tijera. Como siempre, además de mí, nadie más que el viejo, mirándome. Me acerco. Un carancho se asusta y vuela agitando fuerte las alas. El viejo es un ave rapaz.

Mañana cuando pase, ya no estará el viejo en la silla. No estarán más sus ojos filosos. No quedará ni rastro de ellos entre los pastizales. Los caranchos los habrán devorado de un solo y brusco bocado.     

     

29 agosto 2015

AGUA


Ella siempre veía el vaso medio lleno. Por eso mostraba todo el tiempo actitud positiva y nunca se quejaba, nunca agredía y nunca profería palabras que pudieran molestar al otro. Un día despertó radiante y vio el vaso no lleno sino llenísimo. El agua se desbocaba y caía torrencialmente por los costados.
          La encontraron muerta por ahogamiento. El agua no tuvo nada que ver. Fueron las palabras que nunca dijo.

15 agosto 2015

REGRESO EN BREVE

Casi todos los microrrelatos que hice aparecer durante varios años en este blog, ahora se publicaron en REGRESO EN BREVE.

Aquí, el prólogo de la Profesora en Letras y Magister en Estudios Literarios Susana Rodríguez.


De la literatura en su lúcida brevedad

Por Susana A. C. Rodríguez

Inscriptos en la tradición latinoamericana del cuento breve que, entre otros escritores célebres, guarda un lugarcito especial a Monterroso, los brevísimos cinco y diez minutos que nos regala Lucila Lastero en su Regreso en breve trazan un recorrido por el humano acontecer y sus contactos literarios. La línea de fractura que caracteriza este género divide, imperceptible, las aguas de la locura, la rutina, el humor, el orden y su suprema antítesis: la muerte.

Anida en ellos una voz sutil e irónica al mismo tiempo, como si la concentración que suponen intentara condensar la expectativa del lector, quien, al tiempo que disfruta de la sorpresa, vuelve a pensar en la anécdota para mirar con otros ojos la realidad que lo circunda.

Con el sabor que nos deja el ejercicio de un saber contar del que ya dio la autora suficientes pruebas, abrimos la puerta para que otros jueguen con los cinco, diez minutos por ella propuestos. Con mucho cuidado, por supuesto, porque se trata de un juego en el que nos podemos caer, peligrosamente, al pie de la letra.

 

25 enero 2012

MANOS





Adoro las manos de los hombres. Siempre es lo primero que miro. Más que nada cuando tienen dedos largos y fuertes. Juro que me costó tanto hacer lo que hice… sobre todo por esas mágicas manos, esos dedos encantadores… yo no quería hacerle daño pero él me obligó. Ellos me obligaron. Ahora ya no está él, ni sus blancas manos de dedos espigados. Todo por su propia culpa, y la de su esposa, que ni siquiera porque le envié el dedo del anillo dorado se dignó a pagarme el dinero del rescate.

27 julio 2010

Al amor... ¡me cansé de esperarlo sentada!. Ahora lo espero de pie.

12 diciembre 2009

Espejo


 

Era más tarde que de costumbre, pero acababa de levantarme de dormir y estaba preparándome para salir.
Pero entonces fue cuando me miré en el espejo del living y... ¡no vi mi imagen!. Horrorizado y aún con pijama, corrí hasta el pasillo del edificio, me paré frente al espejo del ascensor y ahí me vi, por fin, entero y aliviado.
Enfurecido, desmonté el pesado espejo del living, lo cargué en el auto y recorrí 100 Kilómetros. Cuando llegué al descampado, saqué el hacha y lo rompí en mil pedazos.
Ya en paz, regresé a mi departamento y terminé de acicalarme para salir a comer.
Ni loco rompía el espejo en mi casa. No fuera que quedara por ahí alguna astilla suelta, y pudiera lastimarme un ala.

22 agosto 2009

En sueños

No le gustaban mis sueños.
Me despertó en medio de la noche y me dijo con una voz gritona:
- No jodás, los unicornios no existen.
- En los sueños sí- le repliqué.
- Ni en los sueños ni en la realidad. Solamente en los libros y en algunas películas idiotas. ¿Por qué no soñás con cosas verídicas? No vale la pena soñar irrealidades.
Después se dio vuelta y siguió soñando con humanos con alas que sobrevuelan los techos de las casas bailando.
Yo, por llevarle la contra a sus pedidos nomás, me puse a soñar con la felicidad eterna y con el amor ideal.

09 agosto 2009

Hace tiempo escribí un cuentito breve llamado "¿Dónde estará?".
Ahora los chicos del Plan de Lectura lo "sonorizaron" y... ¡quedó muy bueno!.

En http://www.ficcionenradio.blogspot.com/

17 julio 2009

"...37", de Bruno Ferreira. En BRUNOFERÍAS (www.brunoferias.blogspot.com)
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17 de julio

Estaba todo ahí, colgando de las verdades, huyendo de las precisiones.
Todo se quedaba pero se despedía, se callaba pero se hablaba en cada uno de los oídos de las voces.
Todo se invisibilizaba con gritos o se acusaba con enmiendas.
Y ya no quedaba lugar para tu espacio habitado de credos y síes.
Mañana tendré que contarle mi fracaso a tus silencios.

24 mayo 2009

El más querido

Era el más simpático del barrio. Todos lo querían y lo apañaban en sus fechorías. Pasaba días enteros en la calle, o paseando de casa en casa, sin hacer nada productivo.
Nunca había querido trabajar ni estudiar. Vivía para comer, dormir y confraternizar con sus amigos y vecinos.
Se decía que tenía cerca de diez hijos no reconocidos. Y él seguía en la casa de sus padres, como si nada, comiendo y haciéndose servir, llevando una vida completamente inútil y distendida.
¡Qué va a ser de él cuando sus padres ya no estén!, llegaron a decir algunos.
Y un día sus padres no estuvieron. Se encontró solo en el mundo y sin un peso para sobrevivir.
Pero no duró mucho su estado, ya que un vecino fue a buscarlo para ofrecerle albergue en su casa.
Por supuesto, no se negó. Y batiendo su espeso rabo marrón y haciendo algún gesto de alegría con el hocico, aceptó a su nueva familia.

20 febrero 2009

Aldana en casa

Su mamá y sus hermanitos habían salido y Aldana se había quedado sola.
Vio un poco de dibujos animados, saltó a la piola y jugó con la muñeca, pero después se aburrió y decidió pintar la casita de cartón.
Primero pintó las paredes de lila, con una fibra gruesa. Después pasó verde por encima del lila. Se cansó de la pintura sola y comenzó la pegatina de pedacitos de papel de diario alrededor de la casita. Sobre los papeles arrojó colores de témperas, y fideos y retazos de tela...
No había caso. No le gustaba cómo quedaba. Harta de todo, prendió un fósforo, quemó completamente la casita y se fue a lo de Magda.
Aldana, su mamá y sus hermanitos, estuvieron casi un mes en la calle hasta conseguir una nueva vivienda.

18 febrero 2009

Helen Burri

La mujer de grandes ojos oscuros y cabellera negra se balanceó un poco por el movimiento del subte y, con la mirada entrecortada, dijo a la que parecía ser su amiga:
"El amor es la impostura más grande del mundo. Solamente existe para las rubias".
Me pareció que lloraba por dentro.
Y que el llanto era oscuro, como ella. Y torrentoso, como cuando se llora por un hombre.
La tarde me pareció un trapo mojado. Y sin color definido.

27 enero 2009

Haiku 3

Y quizás morirse sea sólo
ganar un pasaje gratis
y omitir el brindis de despedida.

26 enero 2009

Moraleja del pastorcito mentiroso

...Y si querés ser sincero, mentí siempre. En el afán de no creerte, es la completa verdad lo que los demás terminarán sospechando.

22 enero 2009

Libertad

Estaba harto de las imposiciones sociales.
Entonces luchó para escapar de ellas, para emancipar su vida, para gritar su libertad.
Y un día, al fin, pudo elegir por cuenta propia... sus obligaciones.

20 enero 2009

La distancia



La distancia
es una palabra tirana.
( Y siempre odió a la palabra reencuentro).
Suena a lejos y a algo que ya vimos morir
sin darnos cuenta.
Merece ser castigada con recuerdos
con mensajes desfachatados
con despedidas interminables.



Hoy te fuiste
y no hubo recordatorios ni mensajeros
ni palabras S.O.S.
La distancia chilló su triunfo.
Y me pareció escuchar
que otra vez bloqueó todos los pasos
hacia la palabra reencuentro.