Ella siempre veía el vaso
medio lleno. Por eso mostraba todo el tiempo actitud positiva y nunca se
quejaba, nunca agredía y nunca profería palabras que pudieran molestar al otro.
Un día despertó radiante y vio el vaso no lleno sino llenísimo. El agua se
desbocaba y caía torrencialmente por los costados.
La encontraron muerta por
ahogamiento. El agua no tuvo nada que ver. Fueron las palabras que nunca dijo.
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